lunes, 27 de agosto de 2007

Insuperable intersticio

Insuperable intersticio, piadosas riñas transité, titubeando con ojos de tostón. Pero aún así preservé elegante etiqueta, dando comezón al conquistador, jabalí volátil designado por sediciosa imaginación. Desbarajusté, expresé vehemente mis habichuelas y en mi navío desaparecí, deserté. En juergas viciosas aluciné, acaecí, y excreté por parejas ranuras mientras absorbía aguijones. Procedí a ubicarme entre los bendecidos, me cegué vaciando mis globos oculares con una ramita de fresno y suministré azufre y untos en las popas, atizando amablemente las pipas. Luego concurrí carmesí, vano, lloriqueando y abandonado a mi suerte tras largas e indecentes algazarazas, acariciando mi congoja con gesto melancólico. Engullí y más tarde cercené la pieza, como satisfecha guadaña, aferrado a mi broma, mondando plumas, aspadores, arrebatado y febril en fervientes novenas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hey hey hey, creo que algun chico listo se metio en el blog, con que esas tenemos eh...